Corneli Estafanell tiene dieciséis años y es hijo de una familia con sordera en los padres y en los abuelos paternos. Colabora como monaguillo y lector en las celebraciones eucarísticas con lengua de signos de cada sábado, a las 18.30 h, en la Parroquia de Santa Teresa de l’Infant Jesús de Barcelona, que se pueden ver en directo -y en diferido a partir del sábado por la noche- a www.pastoraldelsord.org (gracias a www.nazaret.tv). Corneli este verano ha participado en la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia. El sábado se celebra en Barcelona el Día Internacional de las Personas Sordas, con el lema «Somos personas sordas: escúchanos!».
¿Por qué considera que las personas sordas no sois suficientemente escuchadas?
Las personas sordas tenemos una discapacidad que no se ve ni se oye; podríamos decir que no llama la atención. Esto hace que a menudo no nos hagan caso, porque no generamos compasión; pero, tristemente, demasiado a menudo generamos incomprensión.
Hay alguien que sí os escucha bien: ¡Dios! ¿Como vives la relación con Él, desde el silencio?
Gracias a Dios he recibido la fe desde pequeño, y para relacionarnos con Dios no necesitamos oírlo con los oídos, ni tampoco verlo con los ojos; sólo hay que abrir el corazón para decirle lo que queremos, e ir avanzando por el buen camino.
¿Cómo valora su participación en la JMJ de Cracovia?
De la Pastoral del Sordo de Barcelona fuimos siete jóvenes. Todo fue muy bien. Lástima, por ello, que en el espacio previsto para los sordos en el Campo de la Misericordia, sorprendentemente, no había ninguna pantalla para poder seguir el acto. Rápidamente nos pudimos desplazar a la zona de los discapacitados físicos… y seguimos las palabras del Papa de maravilla!
Entrevista realizada por Òscar Bardají i Martín para el Full Dominical del 2 de octubre