El dissabte 29 de març va haver-hi una Audiència amb el Papa Francesc a l’Aula Pau VI. Hi participaren uns 6000 sords amb familiars i uns 1000 cecs.
De la Pastoral del Sord de Barcelona hi vam poder participar sis, junt amb una cinquantena d’espanyols.
Ciudad del Vaticano, 29 marzo 2014 (VIS).- “Testigos del Evangelio para una cultura del encuentro” es el tema de la Jornadas de Compartición organizadas por el Movimiento Apostólico de los Ciegos y en las que participa también la “Pequeña Misión para los Sordomudos”, además de la Unión Italiana de los Ciegos y de las personas con hipovisión”. El Papa los ha recibido esta mañana y durante la audiencia ha comentado el tema de esas jornadas.
“Lo primero que noto – ha dicho- es que termina con la palabra ” encuentro” , pero el principio presupone ya otro encuentro, el encuentro con Cristo. De hecho, para ser testigos del Evangelio, debemos haber conocido a Jesús… como la Samaritana… Testigo del evangelio es aquel que ha encontrado a Jesucristo, que lo ha conocido, o mejor dicho, se ha sentido conocido por Él, reconocido, respetado, amado, perdonado, y esto le ha llenado de una alegría nueva, ha dado un nuevo sentido a su vida. Y eso trasluce… se transmite a los demás”.
“He hablado de la samaritana -ha continuado- porque es un claro ejemplo de la clase de gente que a Jesús le gustaba encontrar, para hacerlos testigos: personas marginadas , excluidas, despreciadas. Y la samaritana lo era, como mujer y como samaritana -los judíos despreciaban a los samaritanos-. Pero pensemos en tantas personas que Jesús quiso encontrar, sobre todo personas marcadas por la enfermedad y la discapacidad, para sanarlas y restaurar su dignidad plena. Es muy importante que justo esas personas sean las que se conviertan en testigos de una nueva actitud, que podríamos llamar la cultura del encuentro. Un ejemplo típico es la figura del ciego de nacimiento… marginado en nombre de una falsa concepción por la que se le creía merecedor de un castigo divino Jesús rechaza radicalmente esta forma de pensar -¡verdaderamente blasfema!- Y cumple con el ciego la “obra de Dios”, devolviéndole la vista. Pero lo notable es que este hombre, a partir de lo que le sucedió, se convirtió en testigo de Jesús y de su obra, que es la obra de Dios, de la vida, del amor, de la misericordia. Mientras los jefes de los fariseos, desde las alturas de su seguridad, les juzgan a él y a Jesús como “pecadores”, el hombre ciego sanado, con simplicidad desarmante, defiende a Jesús y al final profesa su fe en Él, y también comparte su destino: Jesús es excluido, y a el también se le excluye. Pero en realidad, ese hombre entra a formar parte de la nueva comunidad, basada en la fe en Jesús y el amor fraternal”.
“Aquí están las dos culturas opuestas. La cultura del encuentro y la cultura de la exclusión, del prejuicio. La persona enferma o discapacitada, precisamente desde su fragilidad, desde su límite, puede convertirse en testigo del encuentro: el encuentro con Jesús, que abre a la vida y a la fe, y el encuentro con los otros, con la comunidad. En efecto, sólo los que reconocen su fragilidad, sus límite pueden construir relaciones fraternas y solidarias en la Iglesia y en la sociedad”, ha finalizado el Santo Padre.
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